Opinión sobre eso que han llamado El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos

Ya os imaginaréis, por el título de esta entrada, que me ha entusiasmado El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos. Es una maravilla...de las tomaduras de pelo. Podéis incluir la trilogía completa de El Hobbit perpetrada por el señorito Peter Jackson si lo deseáis, porque esta entrada también le tocará de pleno. Así que si sois fans de los que se ofenden cuando se critica algo que os ha gustado, mejor no sigáis leyendo.



Algunos ya sabréis que Peter Jackson no en santo de mi devoción. Su King Kong me resulta infumable llegado a cierto punto, a partir del cual considero que le sobra al menos una hora (que viene a ser más o menos el añadido sobre la original). Por el contrario, The Lovely Bones me gustó bastante, y viendo esta trilogía de El Hobbit, la anterior trilogía de El Señor de los anillos ha subido bastantes peldaños en mi escala personal por comparación.

No voy a entrar a valorar su nula o mala adaptación al libro de El Hobbit (en El Señor de los Anillos también se lució en muchos momentos si valoramos este asunto), tres películas de un libro no demasiado largo, y bastante más infantil que El Señor de los Anillos, resulta "frágil y disperso como mantequilla untada sobre demasiado pan", por no decir cosas bastante peores. Por cierto, a partir de ya, alerta de spoilers.

Le comenté a un amigo, hace unos días, que pensaba que esta película iba a ser la mejor de la trilogía (cosa no demasiado difícil por otro lado), pero debo admitir que estaba equivocado. Quizás pequé de optimismo pensando que quizás esta película levantara el vuelo y nos dejara un sabor de boca decente. Nada más lejos de la realidad.

La Batalla de los Cinco Ejércitos no hay por donde cogerla a poco que valoremos el cine. Los primeros 10 minutos, que no están mal, a pesar de la escena de Bardo utilizando como "soporte del lanzavirotes portatil" a su hijo, en realidad corresponden al final de la película anterior. Más que un cliffhanger, Jackson la lió por dejar a los aficionados, durante un año, para ver los 10 minutillos finales de la anterior.

Una vez resuelto todo el problema de Smaug (cuyos efectos especiales vienen a ser de lo mejor de la trilogía), nos encontramos con un personaje creado por Jackson para...para en realidad y sinceramente, estorbar, ver momentos ridículos y convertirse en un elemento anticlimático. Me refiero a Alfrid, el consejero del gobernador de la Ciudad del Lago, que tras la muerte de este casi al principio de la película, se convierte en un personaje que aparece excesivamente en pantalla para no aportar absolutamente nada salvo aportar momentos absurdos.

La historia de amor entre la elfa silvana Tauriel y el enano barbilampiño Kili, inventada específicamente para esta trilogía cinematográfica, es bastante vergonzosa, nada creíble e insulsa. A mi en realidad Tauriel me sobra totalmente por el trato que se le ha dado a este personaje, por más que Peter jackson y Evangeline Lilly nos trataran de convencer de que sería un personaje con cierto sentido buscando tratar temas más profundos dentro de esta trilogía. No me vengáis con cuentos.

Una de las cosas que se añadieron en la anterior película, procedente en cierta forma de los apéndices de J.R.R. Tolkien, es todo lo concerniente al descubrimiento del retorno de Sauron y el enfrentamiento contra él por parte de los grandes sabios de La Tierra Media: Galadriel, Elrond, Gandalf, Saruman, y en menor medida Radagast. No me disgustó la parte relacionada con ello en la anterior película, pero su desenlace final en esta n o puedo más que calificarlo de decepcionante: Gandalf está apresado en Dol Guldur y tratan de rescatarlo. Esto daba la oportunidad de haber tenido un épico enfrentamiento que a muchos aficionados nos hubiese gustado. Pero si después del primer envite, aparecen Saruman y Elrond "pegándose", como si se tratara de un videojuego por la forma en que está realizado, contra los espíritus de los Nazguls. Mientras tanto Galadriel recobra el aliento para enfrentarse de nuevo a Sauron desatando todo su poder junto al que posee uno de los tres anillos de los señores elfo. Todo ello no queda demasiado bien (todos esos espadazos y bastonazos sobran) y para colmo deja a unos grandes actores sin apenas papel en toda la película. (Ni que decir tiene que Galadriel acaba expulsando a Sauron de Dol Guldur).

Y llegamos a Thorin. Un Thorin que se hace cansino y pesado por todas las escenas relacionadas con la maldición del Dragón que pesa sobre el tesoro de Erebor. Es tan repetitivo el asunto que cuando de repente lográ superarlo, no resulta demasiado creíble por el cambio radical.

Si nos ponemos a rascar un poco más, podemos ver que los Trolls combaten de día, los orcos de esta película son enormes (casi como los Uruk-hai) cuando en las novelas eran trasgos y Huargos, las espadas como Dardo y Glamdring no brillan estando rodeados de orcos, Beorn aparece 5 segundos en pantalla como si de un paracaidista se tratase, algunos de los enanos protagonistas montan en cabras montesas (incluso parece ser que circulan imágenes por la red de una carga de un batallón enano sobre esas bestias, pero o será un fake o será material extra), que el motaje sea tan malo que el quinto ejército pase casi desapercibido (hasta el punto de que algunos espectadores ni se percataron de ello)...podría seguir, pero se haría demasiado largo.

Y llegamos a la parte técnica de la película. Que los escenarios y su recreación es de lo mejorcito de La Tierra Media de Peter Jackson  ya lo he dicho en alguna ocasión. No obstante, ha tenido trabajando para él a John Howe y Alan Lee, referentes visuales para todos los amantes de La Tierra Media, y si además cuentas con un enorme presupuesto sería un delito que esto no fuera así. Los decorados, el vestuario y los diseños son fantásticos (aunque haya cosas que te pueden gustar más o menos). Pero el exceso de imágenes de ordenador y CGIs le da un toque poco real a la trilogía entera. Creo que ha habido un exceso del uso de estos recursos (expecialmente en las batallas y escenas de acción).

En definitiva, y para no alargarme más, debo decir que Peter Jackson ha ido a hacer caja con la trilogía de El Hobbit, nada más. No hay sensación de un trabajo al detalle como en la trilogía anterior, ni cariño por los personajes y actores. Que no se pueda destacar a casi ninguno de los grandes actores con los que cuenta en la película, también es para planteárselo. El montaje es bastante malo y las batallas están mal contadas y son pocreales. En realidad se parecen a un videojuego de Warhammer (no he mencionado aún las cabriolas de Legolas, otra vez, como ejemplo de exceso). Para rematarlo, hay ciertas cosas que no quedan explicadas al final: ¿Quién gobernará Erebor? ¿Que pasa con Bardo, Valle, La Ciudad del Lago... Incluso hay frases vacías y casi sin sentido porque no vienen a cuento (como Thranduil despidíendose de Legolas diciendole "tu madre te quería"...cuando no han hablado en ningún momento del tema entre ellos). Y sobre la música de Howard Shore, pues sinceramente, tengo que escucharla tranquilamente porque es en la película que me ha pasado más desapercibida y, por tanto, prefiero no opinar sobre este punto en concreto (aunque me parece que no es buena señal...).

Pero mirad el lado positivo, os la he puesto tan mal que al final algunos me lo tendréis que agradecer porque no os lo parecerá tanto. La lástima es que Guillermo del Toro se bajara del proyecto (yo creo que abandonó el proyecto porque querían interferir más de la cuenta en su labor), porque no creo que lo hubiera hecho peor y hubiéramos tenido un refrescante aire fresco, sin tener que soportar autohomenajes y paralelismos durante toda la trilogía. Una lástima y una pena el resultado final por convertir un cuento de 200 páginas en una trilogía de este estilo.

Como siempre, os dejo con uno de los trailers de la película:

F&H

Pero antes de terminar, os dejo una entrevista a Smaug que creo que os gustará: