domingo, 15 de noviembre de 2009

La Muerte (de Mundodisco) según Terry Pratchett

En la parte final del artículo titulado Terry Pratchett indícame por donde queda el cielo que publiqué el pasado 15 de Octubre, os invitaba a leer otro artículo publicado en El rincón de Squallido titulado La Muerte según Terry Pratchett (I), en el que se nos hacía un estudio sobre este personaje tan famoso de Mundodisco. Durante el día de ayer, en ese mismo blog se publicó la segunda parte de dicho artículo que podeeis leer aquí.

Me he tomado la libertad de juntar las dos partes del artículo y publicarla en una única entrada, que os dejo a continuación. Si bien os recomiendo que no dejeis de visitar el blog de donde he sacado estos artículos.
- Primera Parte
Este artículo apareció por primera vez en el boletín oficial de noticias de la Legión Extranjera Klatchiana: El Puercoespín nº 85 del mes de agosto del año 2009.

La Muerte, esa personificación antropomórfica de uno de los miedos más primitivos de la humanidad, ha tenido todo tipo de representaciones a lo largo de la historia y en diferentes culturas. Se ha visto bajo la apariencia de Odín en la cultura nórdica, como una señorita inmaculada vestida de blanco en los países eslavos o como un niño subido en un búfalo negro cazando almas con una soga en la cultura hindú. En el Mundodisco, Terry Pratchett la representa de la forma en la que lo hacían los celtas: como un esqueleto encapuchado que porta una guadaña para segar la vida de todo a quien ha llegado la hora de partir hacia regiones inhóspitas. Esta Muerte del Mundodisco también posee una mansión victoriana (aunque por fuera no lo parezca) en una pequeña dimensión de su propiedad donde el tiempo no discurre, un ayudante al que le quedarían unos 34 segundos de vida si viviera en condiciones normales y un caballo que se llama Binky.

Como herramientas de trabajo dispone de una enorme colección de libros, uno por cada ser vivo, que se van escribiendo en tiempo real con los acontecimientos que le sucedan a esa persona. Una colección de relojes de arena (también conocidos como biómetros) que indican el tiempo de vida de cada uno de los habitantes del Disco, incluso de aquellos cuya existencia no está demasiado clara. Una guadaña y una montura, no necesita más.

La voz de la Muerte es una de las características principales del personaje ya que, al contrario que el resto de habitantes del Disco, sus diálogos se representan en versalitas, una fuente tipográfica cuyos caracteres se escriben en mayúsculas pero con un cuerpo similar al de las minúsculas. A pesar de ello, en las primeras ediciones que hizo Paga&Jódete de los libros de Pratchett, la Muerte hablaba como un personaje más, quitándole una pizca de protagonismo y personalidad. Algo que se subsanó posteriormente.

La primera aparición del personaje se remonta a 1986, en “El color de la magia”. Su primer encuentro es con Rincewind, y no augura nada bueno:

- ¡Ni pensarlo!
- PUEDO PRESTARTE UN CABALLO MUY RÁPIDO, ofreció la Muerte.
- ¡No!
- NO DOLERÁ NADA.
-¡No!
El Color de la Magia (página 78)

Nos encontramos con un personaje que no tiene aprecio ninguno por los seres vivos y que disfruta y se entretiene ejerciendo su profesión a toda costa y por vicio. En esa misma página de El color de la magia, sin ir más lejos, acaba por capricho con la vida de un pescatero, una mosca y arrebata una de sus nueve a un gato que pasa por allí. Lo cual demuestra claramente que Terry Pratchett no tenía definido para nada el personaje de la Muerte mientras escribía El color de la magia, ya que, posteriormente, éste desarrollaría una afinidad bastante importante hacia los gatos.

En 1986 Pratchett también publicó La Luz Fantástica el segundo libro del Mundodisco y continuación directa del anterior. En él se nos presentaba por primera vez el reino de la Muerte y su morada, que desde fuera parece ligeramente más pequeña de lo que es. Si bien en este segundo libro poco ha cambiado la personalidad de la Muerte, nos encontramos con un par de párrafos que nos dan una ligera idea de hacia dónde piensa llevar el personaje el señor Pratchett:
La Muerte del Disco era una tradicionalista que se enorgullecía de prestar un servicio personalizado, y se deprimía a menudo porque nadie lo valoraba. Señalaba que la gente no tenía miedo de la muerte en sí, solo del dolor, la separación y la nada, y que no era nada razonable tomarla con alguien solo porque tiene las cuencas de los ojos vacías y pasión por el trabajo bien hecho. Todavía usaba guadaña, decía, mientras que las Muertes de otros mundos habían invertido hacía tiempo en cosechadoras automáticas.
La luz fantástica (página 124)

Como podemos observar, hay algo más detrás del personaje. Ya no es el ejecutor inmisericorde que nos encontramos en el libro anterior: simplemente quiere hacer bien su trabajo, del cual tiene una visión bastante romántica y tradicional.
Dando un pasito más hacia la humanización del personaje, Pratchett también le planta una hija adoptiva. En uno de sus “viajes de negocios” nuestra querida Muerte se encontró con una pobre niña abandonada a la que no tuvo más remedio que adoptar para no dejarla sola en un mundo hostil:

-¿Mami?La chica bajó la vista modestamente.
-En realidad, soy adoptada -explicó-. Me contó que me encontró cuando era un bebé. Una historia muy triste.
La luz fantástica (página 121)

Esta hija de la Muerte recibe el nombre de Ysabell y se nos describe como una joven con cabellos y ojos de plata, algo no muy común entre los humanos y que, posiblemente, venga por influencia de su padre adoptivo. Por lo que no es de extrañar que, de alguna forma, tener una hija humana también haya influido en la Muerte, aunque solo sea en la forma de ver las cosas en lo que a los humanos se refiere.

Es destacable comentar también, que, como podemos ver en el ejemplo anterior, la Muerte era tratada como un personaje femenino en la traducción española, algo que sería corregido en libros y ediciones posteriores para dejarle con su sexo original masculino de la versión inglesa. Sobre el sexo de la Muerte han corrido ríos de tinta académicamente hablando, pero simplificando un poco y ciñéndonos a su explicación lingüística en este caso, digamos que en español la Muerte es un sustantivo femenino y de ahí el error a la hora de que Ysabell llame “Mami” a su padre adoptivo.

A lo largo de los años, la Muerte se ha convertido en uno de los personajes más recurrentes del Mundodisco, haciendo algún que otro pequeño cameo en la mayoría de los libros de la serie y en la vida de todos sus habitantes. Pero, viendo el gran potencial que tenía el personaje para ahondar en la naturaleza humana, Pratchett decidió darle una saga que a día de hoy consta de 5 libros: Mort (1987), El segador (1991), Soul music (1994), Papá Puerco (1996) y Ladrón del Tiempo (2001).
- Segunda Parte
Este artículo apareció por primera vez en El Puercoespín nº87 , boletín oficial de noticias de la Legión Extranjera Klatchiana.

En el artículo de Pratchett que publicábamos el mes pasado, el Maestro hacía unas declaraciones muy interesantes en las que comentaba que, para él, el personaje de la Muerte era una manera objetiva de acercarse a la humanidad como un observador maravillado por lo que ve. Y ciertamente ha estado utilizando al personaje para estudiar la complicada existencia humana con sus cosas buenas y sus cosas malas, pero siempre con humor y con un mensaje positivo. Lo definía como un ángel que en realidad no hace nada malo, simplemente guiarnos cuando nos llega la hora. En la Saga de la Muerte queda bastante patente la ingenuidad que caracteriza a nuestro “abuelo” preferido.

En 1987 se publicó Mort, que sería considerado como el primer libro de su saga aunque, paradójicamente, la Muerte no es su protagonista principal. En él se cuenta la historia del joven Mort, un chico de las Montañas del Carnero, hijo de campesinos, que tiene la “suerte” de ser contratado por la Muerte para realizar el trabajo sucio mientras el esqueleto se dedica a cosas más…interesantes:

El desconocido iba repasando la estantería.
-¿Qué es eso verde?
El tabernero entrecerró los ojos y leyó la etiqueta.
-Pone que es Coñac de Melón -repuso, dubitativo, y añadió-: Pone que lo embotellaron unos monjes según una antigua receta.
- Lo probaré.
De reojo, el hombre miró las copas vacías que había sobre la barra, algunas de las cuales conservaban restos de macedonia, cerezas enu n palito y sombrillitas de papel.
-¿Seguro que no ha tomado ya suficiente? -preguntó.
Mort (página 198)

El personaje de la Muerte empieza a cambiar a partir de Mort: fascinado por la conducta humana intenta imitarnos para comprendernos un poquito mejor, aunque quizá no elija nuestros mejores hábitos. Esa seriedad impenetrable tan característica se abandona en favor de un personaje ingenuo encerrado en un mundo que no comprende y donde no encaja… lo que resulta aún más gracioso que la seriedad inicial y lo convierte en un individuo mucho más interesante.

Es así como llegamos a El segador, publicado en 2003 y segundo libro de la saga. En éste, la Muerte tiene un papel mucho mayor que en libros anteriores y empiezan ya a aparecer personajes secundarios de su entorno que repetirán en libros posteriores. Los primeros son los Auditores de la Realidad. Toda historia necesita antagonistas sobre los cuales imponerse para evolucionar. La Saga de la Muerte no iba a ser menos, a pesar de que su protagonista sea presumiblemente inmortal. Los Auditores son unos seres grises y con túnicas, unas criaturas más allá de las leyes de la física cuyo trabajo consiste en supervisar el orden supremo de todas las cosas a nivel universal. Podría decirse que son los funcionarios del universo, pero con un amor irracional por lo que hacen y sin la “hora del desayuno”.

La Muerte estaba adquiriendo una personalidad, algo impermisible en el orden perfecto de todas las cosas, así que los auditores toman cartas en el asunto y lo despiden dejándolo con su caballo, su guadaña y mucho tiempo libre. Por tanto, Bill Puerta se dedica a “vivir” entre los humanos. Estas vacaciones de la Muerte provocan que se libere un montón de energía primigenia y, con el puesto vacante que deja la Muerte, es de esperar que otras manifestaciones antropomórficas -o casi- terminen apareciendo para realizar su trabajo. Al final, todas las “muertes” alternativas son absorbidas por nuestro protagonista, excepto una. Un personaje que, debido a la grandilocuente misericordia del Segador y a su irreflenable -y muy humano- deseo de tener una mascota, sigue con nosotros hasta la actualidad: La Muerte de las Ratas.

El siguiente título de la saga de la Muerte es Soul Music, publicado en 1994 y traducido al español en 2004. En Soul Music la Muerte se enfrenta a un problema muy humano: olvidar. Sintiéndose muy triste por haber perdido a su hija adoptiva y teniendo en cuenta que las soluciones humanas más eficaces a la hora de olvidar (alistarse en la Legión Extranjera Klatchiana y/o emborracharse) no van a funcionarle, decide dejarlo todo de lado e irse sin más. Y es así como se nos presenta a la que se ha convertido en uno de los personajes más importantes de la saga y del Mundodisco en general: Susan Sto Helit, hija de Mort e Ysabell y nieta de la Muerte, que se verá obligada contra su voluntad a ocupar el puesto vacante de su abuelo. Susan pasa a convertirse en la consumación de la idea que tenía Pratchett sobre una Muerte mas humana, o casi:

La directora de la escuela se inclinó hacia delante. Se sentía vagamente disgustada consigo misma, pero… había algo como muy antipático en aquella jovencita. Era brillante en todas las materias que le gustaban, claro está, y ahí estaba el problema: Susan era brillante de la misma manera en que lo es un diamante, todo frialdad y aristas cortantes.
-¿Lo has estado…haciendo?- Preguntó la señorita Trasero-. Prometiste que ibas a poner fin a todas esas tonterías.
- ¿Señorita Trasero?
-¿Has estado haciéndote invisible otra vez, ¿verdad?
Soul Music (p. 11)


Es en Soul Music cuando se forma uno de los grupos de personajes más divertidos de todo el Mundodisco: Susan, la Muerte de las Ratas y Dijo el cuervo, montura y traductor ocasional del huesudo roedor. El nombre de Dijo, Quoth en la versión inglesa, es una clara referencia al famosísimo poema narrativo de E.A. Poe: “The Raven”, muchas de cuyas estrofas acababan con el verso “Quoth the Raven: Nevermore”, que vendría a ser algo así como “Dijo el cuervo: Nunca más”. Un gracioso guiño a la ambientación oscura de la saga.
En 1996 se publicó Papá Puerco, traducido al español en 2007. En él, igual que Susan ha ocupado antes su lugar durante su ausencia, es la Muerte quien ocupa el lugar de otra personificación antropomórfica: Papá Puerco, la encarnación del espíritu de la Vigilia de los Puercos, esa época lleva de amor, fraternidad y regalos cárnicos. Aunque podemos ver como Susan empieza a hacerse con el protagonismo de la saga, la aparición de la Muerte no es anecdótica. Convertido en una de las figuras más importantes para los niños de todo el Disco, su misión consiste en intentar que éstos no dejen de creer en él, a base de colarse por las chimeneas para dejar regalos y realizar apariciones públicas en centros comerciales, por lo que podemos encontrarnos con situaciones realmente curiosas:

-¡No le puede dar eso! -gritó-. ¡No es segura!.
ES UNA ESPADA, dijo Papá Puerco, NO ESTÁN HECHAS PARA SER SEGURAS.
-Pero ¡es una niña! -gritó Mindunli.
ES UN REGALO EDUCATIVO.
- ¿Y si se corta?
ESO SERÁ UNA LECCIÓN IMPORTANTE.
Papá Puerco (página 117)


Y claro, cuando la Muerte pasa de la noche a la mañana de ser algo repudiado a algo amado por todos los niños del mundo, su personalidad no puede evitar verse afectada:

NORMALMENTE A LA GENTE NO LE APETECE VERME. [...] Y CASI NUNCA MEDEJAN UNA COPA DE JEREZ
- No, supongo que no.
DE HECHO, PODRÍA ACOSTUMBRARME A HACER ESTO.
Papá Puerco (página 219)

La mejor descripción que se puede dar a la Muerte en el último libro de su saga hasta la fecha es la de “carcamal”. Publicado en el año 2001 y traducido al español en julio de 2009, Ladrón del tiempo es uno de los libros de la subserie en el que la Muerte tiene menos protagonismo. La Muerte nos es presentada como una vieja gloria cuyos mejores momentos pasaron hace mucho tiempo, aquella época de éxito en la que los Jinetes del Apocrilipsis eran temidos en todo el mundo y los cinco campaban a sus anchas:

AH, LOS VIEJOS TIEMPOS, comentó la Muerte. ANTES DE QUE SE PUSIERA DE MODA ESTO DE TENER UNA CARRERA EN SOLITARIO.
¿IIIC?, se interesó la Muerte de las Ratas
OH, SÍ, dijo la Muerte. AL PRINCIPIO ERAMOS CINCO, CINCO JINETES. PERO YA SABES COMO SON LAS COSAS, SIEMPRE HAY ALGUNA PELEA. DESACUERDOS CREATIVOS, HABITACIONES DESTROZADAS, ESA CLASE DE COSAS. Suspiró. Y SE DICEN COSAS QUE TAL VEZ NO SE TENDRÍAN QUE HABER DICHO.
Ladrón del tiempo (página 19)


A la Muerte le entra el ataque de tradicionalismo porque el mundo está a punto de acabarse y, como todos sabemos, cuando el mundo está a punto de acabarse, cuatro -bueno cinco- figuras salen a cabalgar en sus corceles. Pero los Jinetes del Apocrilipsis tuvieron tiempos mejores y la Muerte se encuentra con situaciones un tanto incómodas, y es que el resto de Jinetes también han sido creados por los humanos, con todo lo que ello conlleva: Peste tiene miedo, Hambre es un arrogante con mejores cosas que hacer y Guerra tiene un pequeño problema conyugal que le impide salir de casa, por lo que la Muerte decide cabalgar por su cuenta. En “Ladrón del Tiempo” podría decirse que la Muerte vuelve un poco a sus principios como buen trabajador implacable, ahora que tiene a su nieta Susan para resolver los problemillas que le surjan a la humanidad. Ya no necesita inmiscuirse “personalmente”.

Terry lleva 8 años sin escribir ningún libro de Mundodisco sobre la Muerte y, tal y como están las cosas, veo bastante dificil que vuelva a utilizarlo para seguir dándole vueltas al tema; por lo que nos tocará seguir disfrutando del personaje con sus cortas apariciones en el resto de libros.

F&H

4 comentarios:

  1. Magnífico artículo, gracias por traerlo de otro blog -que en cuanto pueda veré, me ha entrado curiosidad-.

    Hace años que conozco la saga Discomundo, me enganchó totalmente la primera de la saga y hace tiempo que no leo por lo que alguna aquí citada tendría que conseguirla.

    Gracias por este post.

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  2. Pues ya estás perdiendo tiempo en conseguir y leer algunos de ellos...

    F&H

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  3. He de decir que la Muerte es mi personaje preferido de Mundodisco, y que El Segador me encantó: por fin un libro dedicado a ese personaje tan carismático.
    Porque, auqnue parezca mentira, la Muerte de Mundodisco se hace querer con sus pullitas y sus frases que pueden parecer dichas con malicia pero al fin y al cabo no son más que la verdad.
    Le pediré a Papá Noel el "ladrón de tiempo" :)

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  4. Es que el Segador es una maravilla de libro.

    Y si, La Muerte se hace querer, con esas frases tan fantásticas que Terry Pratchett ha puesto en sus labios...¡¡Y en mayusculas!! (las frases, se entiende...XD)

    F&H

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