Daenerys Targaryen intenta mitigar el rastro de sangre y fuego que dejó en las Ciudades Libres e intenta erradicar la esclavitud de Meereen. Mientras, un enano parricida, un príncipe de incógnito, un capitán implacable y un enigmático caballero acuden a la llamada de los dragones desde el otro lado del mar Angosto, ajenos al peligro que se cierne sobre el Norte, y que sólo las menguadas huestes de uno de los reyes de la discordia y la Guardia de la Noche se aprestan a afrontar.
Esta es la sinopsis que encontraremos en la contraportada de
Danza de Dragones, la quinta parte de la saga
Canción de Hielo y Fuego de
George R. R. Martin (en la contraportada hay alguna cosilla más, pero en mi opinión, es bastante estúpida), y que sirve para adentrarnos de nuevo en el mundo de
Westeros después de un tiempo de espera.
Hace unos días terminé de leer esta novela que, en la edición que yo poseo, lleva por portada la ilustración realizada por
Corominas y ha sido dividida en dos libros, hasta alcanzar las alrededor de 1200 páginas.
Danza de Dragones se solapa, temporalmente hablando, con
Festín de Cuervos (cuarta parte de
Canción de Hielo y Fuego), durante la mayor parte de la novela (o al menos una gran parte) debido a una decisión adoptada por el autor (¿y sus editores?), que tras tener escritos varios capítulos (algunos de los capítulos "solapados" y que ahora encontraremos repartidos en el cuarto y quinto libro) optó por dividirlos de ese modo tan peculiar. La adopción de esta decisión ha hecho que
Festín de Cuervos, sin ser una mala novela, sorprendiera negativamente a muchos aficionados a la saga, debido principalmente a la "desaparición" de los capítulos relacionados con muchos de los personajes más importantes y conocidos. De esta forma,
Festín de cuervos se había convertido en el libro menos atractivo de los publicados hasta aquel momento.
Personalmente creo que esa decisión no fue muy acertada, y si la organización de los capítulos del cuarto y quinto libro se hubieran realizado de la forma habitual, evitando tanto el solapamiento temporal como la desaparición de algunos personajes, el cuarto libro hubiera ganado bastantes enteros.
¿Y porqué comento tantas cosas de
Festín de cuervos en esta entrada?, pues porque hay algo que desde hace tiempo me ronda por la cabeza, y que mientras leía
Danza de Dragones no dejaba de confirmar: la idea de que George R. R. Martin está alargando la saga de forma más o menos artificial. Una saga ideada en origen para 5 novelas, porteriormente para 6 y ahora parece que para 7, corre el riesgo de que vaya perdiendo fuerza según avanza el relato si no logras darle una potente consistencia argumental. Esa sensación la he tenido durante la lectura de Danza de Dragones, demasiadas páginas intrascendentes.
Hay demasiados capítulos de personajes principales repetitivos y con un lento, e incluso tedioso, avance argumental, y otros capítulos incluyen páginas y páginas de personajes secundarios y poco interesantes. Algunos personajes han perdido muchos enteros respecto a anteriores libros. Por ejemplo, en los primeros libros de la saga deseaba que llegara el siguiente capítulo dedicado a
Tyrion Lannister, puesto que eran de los mejores. Ahora es un personaje que ha evolucionado de un modo que no me atrae y cuyos siguientes capítulos ya no me son igualmente esperados. Creo que los mejores capítulos son aquellos que hablan del Norte, ya que incluso los relacionados con
Daenerys Targaryen discurren lentamente y en ocasiones de forma repetitiva.
Pero George R. R. Martin sabe como generar expectativas, y es en algunos de los últimos capítulos de la novela donde el relato se vuelve más interesante (evitaré spoilers aquí, pero en los comentarios estáis invitados a comentar ciertos sucesos o pasajes sin ningún tipo de cortapisas). Alguna nueva sorpresa, algún momento espectacular.... Al final, Martin te deja con ganas de que salga el siguiente libro para ver como nos acercamos a la conclusión de la saga que nos propondrá el autor (y que intuyo que no gustará a todos los aficionados).
En definitiva,
Danza de Dragones no está a la altura de los tres primeros libros:
Juego de Tronos,
Choque de Reyes y
Tormenta de Espadas, pero el regreso de los capítulos con los personajes más importantes, puede hacerla más interesante que el cuarto libro de la saga, aunque quizás también algo más decepcionante por las expectativas creadas. Obviamente, recomendable para todo aquel que esté leyendo esta
Canción de Hielo y Fuego, y que una vez llegados hasta aquí, querrán seguir con la historia hasta el final.
Como nota final, comentaros a todos aquellos que quieran un formato más barato de Danza de Dragones que el editado por Gigamesh, que existe una edición en tapa blanda y en castellano con un precio muy inferior que las publicadas hasta el momento, y que podéis encontrar tanto en Amazon como en algunas otras librerías físicas.
F&H